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La Enfermera de Práctica Avanzada (EPA) en diabetes tipo 2 es efectiva segun demuestra un estudio realizado en Cataluña
El digital Diario Enfermero ha publicado la información que se recabó en 2006, en Cataluña. En aquel momento, se realizó la Reordenación de la Atención Especializada (RAE) por la que el especialista en Endocrinología y Nutrición coordinaba con los equipos de Atención Primaria la atención a los pacientes con diabetes tipo 2. Una nueva organización en la que no se tuvo en cuenta el rol de la Enfermera de Práctica Avanzada en la educación terapéutica de estos pacientes. Para demostrar su utilidad, un grupo de enfermeras lideradas por Carla Cabré y Cristina Colungo, ambas enfermeras de práctica avanzada en este ámbito, pusieron en marcha un estudio prospectivo logitudinal.
Para ello iniciaron el proyecto de integrar en la atención especializada en el ámbito de Atención Primaria el papel de la Enfermera de Práctica Avanzada en diabetes en la Reordenación de la Atención Especializada (EPADRAE) en el que incluyeron a 184 pacientes con diabetes tipo 2 en tratamiento con dos o más dosis de insulina que precisan control metabólico.
Como explica Cristina Colungo, Enfermera de Práctica Avanzada en Educación Terapéutica en Diabetes del Consorci d’Atenció Primària de Salut Barcelona Esquerra, “la EPA en Educación Terapéutica en Diabetes pretende dinamizar la atención a estos pacientes, por lo que no sustituye el papel de la enfermera de primaria sino que busca complementar la dinámica asistencial”, de forma que se cree un modelo asistencial integrado entre ambos niveles.
Así -añade Cabré- “en la consulta de la EPA su principal actividad es asistencial y es llevada a cabo mediante el Programa de Atención y Educación Terapéutica de optimización. Es una intervención intensiva para conseguir la optimización individualizada, en la cual la EPA gestiona las necesidades detectadas y fomenta la educación terapéutica empoderando al paciente para su autocuidado”. Estos programas centrados en el paciente “tienen unos objetivos determinados, están planificados en un número determinado de visitas, incluyendo asistencia presencial, telemática y grupal y son evaluados posteriormente”, sostiene.
Perfil formativo
Para asumir este rol, el perfil de la enfermera de práctica avanzada “está determinado por una formación académica universitaria (diplomatura/grado en enfermería) y una formación de máster en diabetes. La formación continua en educación terapéutica en diabetes, los años de experiencia y la participación en investigación y docencia son también factores característicos en el perfil académico. La Sociedad Española de Diabetes (SED) pone de manifiesto la relevancia de este rol y destaca el diseño de programas educativos y la coordinación con diversos profesionales de la salud como algunas de sus funciones”, subraya Cabré.
Dada la buena aceptación del programa y los buenos resultados obtenidos, las autoras del estudio sostienen que debería considerarse para poder ser implementado en otros territorios. “Establecer programas estructurados en la atención de las patologías crónicas permite homogeneizar, estructurar la atención, los indicadores de salud y de calidad asistencial de atención y educación terapéutica. Para ello se debería de reestructurar el modelo actual, dar paso a la formación de enfermeras de practica avanzada y poner en valor la figura, para llevar a cabo la implementación de programas y la coordinación multidisciplinar de diferentes niveles asistenciales”, concluye Colungo.