En España la tasa de inmunidad es del 5%, lo que solo tiene una lectura: seguimos estando expuestos a un grave peligro

A finales del pasado mes de abril, el Consejo Internacional de la Enfermería y el Consejo General de la Enfermería de nuestro país ofrecieron datos referidos a la evolución de la pandemia de Covid-19 entre nuestros profesionales. Las cifras solo pueden ser calificadas de escalofriantes y muy preocupantes. El 65% del personal sanitario contagiado en España son enfermeras.
Solo unos días antes, John F, Ryan, director de Salud Pública de la Comisión Europea, informaba de que el 26% de los casos de Covid-19 registrados en España corresponden a personal sanitario. Frente a este porcentaje, en Italia los sanitarios afectados son el 9%, en Alemania el 6% o en China el 4%. El Ministerio de Sanidad español reconoce más de 30.000 profesionales sanitarios infectados.
Cualquiera de los datos aportados en estos días, e independientemente del organismo que los ofrezca, son aterradores. Pero además, muestran un peligro aún mayor que viene dado del carácter necesario e imprescindible que tiene la profesión de la enfermería en estos momentos para seguir en la lucha contra la pandemia que sigue viva.
Nuestros profesionales atesoran una experiencia en el ámbito asistencial de la salud pública y la epidemiología, así como en el triaje en los servicios de urgencias acordes a los protocolos científicos, que hace necesario y prioritario que las enfermeras y enfermeros puedan seguir trabajando y que lo hagan con todas las garantías que se les puede ofrecer. A ellos y al resto del personal sanitario.
Esas garantías, qué duda cabe, y así lo seguimos defendiendo y reclamando desde el Colegio de Enfermería de la Región de Murcia, pasan por dotar a los trabajadores de EPI suficientes, realizar regularmente pruebas de diagnóstico, aumentar las contrataciones y hacerlo en condiciones dignas y dotar a nuestro colectivo de cuantas medidas de seguridad sean necesarias. Porque son ellos quienes luchan a diario, cara a cara contra el virus.
Los últimos datos a los que me quiero referir son los relativos a las estadísticas de inmunidad que hemos conocido esta semana. El Ministerio de Sanidad informaba que en España la tasa de inmunidad es del 5% cuando las previsiones de organismos internacionales esperaban que nuestro país pudiera estar ya en el 15-20% de inmunidad. Estas cifras solo tienen una lectura: seguimos estando expuestos a un gravísimo peligro. Queda mucho por hacer y bajar la guardia solo es un error de trágicas consecuencias.
La población española ha sabido estar a la altura de las exigencias que se pedían en estas semanas de confinamiento y restricciones para evitar la propagación del virus. Los ciudadanos se han comportado con responsabilidad. Sin embargo, las imágenes de los últimos días, en numerosos puntos de España y de nuestra Región, parecen indicar todo lo contrario.
Los ciudadanos no podemos bajar la guardia porque el peligro sigue estando ahí. Los trabajadores sanitarios están extenuados, los recursos humanos tienen límites y en nuestra mano está colaborar en no llegar a agotar esos límites.
El Colegio de Enfermería, agradecido a la sociedad por la solidaridad demostrada hacia nuestros profesionales y el cariño que se les ha transmitido desde que se iniciara esta tragedia que nos asola, hoy solo pide que la prudencia no nos abandone y que se sigan respetando las medidas de seguridad, para que los trabajadores sanitarios puedan seguir haciendo su labor diaria, prestando su servicio y evitando que el coronavirus arrase con más vidas humanas.
La distancia social de seguridad sigue siendo necesaria, no podemos romper las barreras de protección que los propios ciudadanos deben arbitrar. Las cifras son claras y contundentes. En este sentido las autoridades, administrativas, políticas y sanitarias, insisten en la llamada a la responsabilidad individual. Nosotros, desde el Colegio de Enfermería de la Región de Murcia, nos sumamos a esa llamada, a ese ruego de ayuda que nuestra sociedad se merece y que nuestras enfermeras y enfermeros necesitan porque son quienes están en primera línea de batalla.