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El 25% de las enfermeras de nuestro país desconoce si sus pacientes están correctamente vacunados, al no poder acceder a los registros
- 1 de cada 4 enfermeras asegura no tener acceso al registro para comprobar la cobertura vacunal de sus pacientes. El doble si nos centramos en el ámbito privado, hospitales y residencias de mayores.
- Otro 25% asegura, además, que no dispone ni del lugar ni de los recursos adecuados para realizar una correcta administración de las vacunas.
- Esto afecta especialmente a las enfermeras que trabajan en residencias de mayores. Es una de las conclusiones del estudio realizado por el Consejo General de Enfermería y la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (ANENVAC) con la colaboración de la compañía biofarmacéutica GSK para conocer la percepción de la vacunación del adulto en España entre sus profesionales.
- Tras el análisis de la encuesta, en la que han participado casi 3.000 enfermeras, ambas instituciones colaborarán para el diseño e implementación de herramientas que contribuyan a la actualización de conocimientos de sus profesionales en este campo y con ello al incremento de la cobertura vacunal en población adulta.
Madrid, 15 de diciembre de 2022.- Con el objetivo de conocer cuál es la percepción de la vacunación del adulto en nuestro país y poner en marcha herramientas que contribuyan a mejorar la cobertura vacunal en este segmento de población, el Consejo General de Enfermería y la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (ANENVAC), han realizado una encuesta a cerca de 3.000 enfermeras. Entre las principales conclusiones de este trabajo, destaca que 1 de cada 4 asegura no poder acceder a los registros de vacunación por lo que desconocen qué vacunas han recibido sus pacientes. Este problema, que se detecta sobre todo en el sector privado, hospitales y entre las enfermeras de residencias de mayores, impide a estas profesionales ser más proactivas en la recomendación de las vacunas más adecuadas en cada caso. En el caso de los mayores, así como de enfermos que acuden al hospital por problemas respiratorios, esto resulta especialmente importante, al tratarse de población vulnerable. Aproximadamente, la mitad de las enfermeras que respondieron y trabajaban en estos ámbitos aseguraron no poder consultar la situación vacunal de su población.
En el otro extremo, las enfermeras que trabajan en la Atención Primaria pública fueron las que se mostraron más satisfechas con respecto al acceso al registro, los medios y la disposición de un espacio adecuado para llevar a cabo la vacunación. Además, la satisfacción era más alta cuanto mayor era su experiencia en este campo.
Para el secretario general del Consejo General de Enfermería, Diego Ayuso, “debemos potenciar aún más la coordinación entre la Atención Primaria y los entornos hospitalario y sociosanitario. Es importante que las enfermeras conozcan la situación vacunal de la población a la que atienden para, en su caso, poder recomendar activamente las vacunas que corresponda. Hemos puesto en marcha esta encuesta precisamente con el objeto de conocer cuál es la percepción de nuestras enfermeras con respecto a la vacunación del adulto ya que, nos consta, tradicionalmente no se le ha dado la importancia que sí se le ha dado en la infancia. Mucha población adulta desconoce que más allá de la gripe y del coronavirus hay otras vacunas que pueden protegerles frente a enfermedades potencialmente muy graves y que pueden llegar a comprometer su vida. Las enfermeras hemos demostrado que somos capaces de liderar y desarrollar macrocampañas de vacunación con éxito, como se ha visto en la pandemia. Ahora, debemos ver en qué aspectos podemos seguir mejorando”.
Enfermedades potencialmente graves
Del estudio se desprende también que una gran mayoría de las enfermeras es consciente de la gravedad de enfermedades potencialmente mortales que son prevenibles mediante la vacunación y de la importancia de inmunizar frente a ellas. Hablamos concretamente de meningitis, neumonía, tétanos, gripe y herpes zóster. Esta elevada percepción del riesgo -por encima del 90% en las tres primeras, del 83% en el caso de la gripe y del 75,5% en el del zóster- y su contacto estrecho con los pacientes pone de manifiesto el potencial de las enfermeras en la recomendación activa de vacunas.
Llama la atención, sin embargo, que si analizamos la percepción de la gravedad de la gripe y del herpes zóster, todavía haya más de un 17% y de un 25%, respectivamente, que no las consideran potencialmente graves o mortales. “De ahí que sea preciso impulsar la concienciación frente a ambas enfermedades y la recomendación activa de estas vacunas”, ha subrayado Guadalupe Fontán, enfermera del Instituto de Investigación del Consejo General de Enfermería.
Además, la percepción de la gravedad es ligeramente inferior, una vez más, entre las enfermeras que trabajan en residencias de mayores y donde, por tanto, los riesgos asociados a estas enfermedades son mayores. En el caso de la gripe, 3 de cada 10 enfermeras que trabajaban en residencias no la asociaban con una enfermedad potencialmente grave y mortal. En el caso del herpes zóster 4 de cada 10 tenían la misma opinión.
Prescripción
La encuesta también ha preguntado a estos profesionales si creen que deberían poder indicar y prescribir vacunas no financiadas, pero sí recomendadas. Aquí, 3 de cada 4 enfermeras ha estado de acuerdo en que deberían poder asumir esta competencia que, por otro lado, subrayan desde el Consejo General de Enfermería y ANENVAC, contribuiría a mejorar la cobertura vacunal ya que agilizaría su indicación y acceso.
Vacunas y pandemia
Una cuestión que no podía faltar en esta encuesta ha sido la de cuál es el impacto que estas profesionales creen que ha tenido la pandemia con respecto a la percepción que la población tiene de las vacunas. Aquí casi el 80% ha respondido que el impacto ha sido positivo y 2 de cada 3 aseguran que la pandemia ha ayudado a mejorar las coberturas de vacunación del adulto, más allá de la vacunación frente al Covid-19.
Estas respuestas concuerdan con el incremento de las tasas de vacunación de la gripe en la campaña de 2021, cuando se registraron mejoras tanto en población crónica como embarazadas, mayores de 65 años e incluso entre los propios profesionales sanitarios.
De forma general, casi un 95% de las enfermeras encuestadas ha estado de acuerdo en que la vacunación en la edad adulta es tan importante como en la infancia. Para el secretario general del Consejo General de Enfermería “una vez más, esto nos convierte en profesionales clave para llevar este mensaje a la población ya que todavía son muchos los adultos que no son conscientes de la importancia de vacunarse en esta etapa y desconocen qué vacunas se recomiendan más allá de la de la gripe”.
En esta misma línea, también afirman mayoritariamente, con un 92,5%, la importancia de que los profesionales sanitarios tengan su calendario de inmunización actualizado siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias y sociedades científicas.
Recomendación activa
Acorde con su percepción de la importancia de la vacunación en la población adulta y de los riesgos que no vacunarse puede comportar, enfermeras y enfermeros se ven a sí mismos como profesionales que deben recomendar activamente la vacunación. Así lo ha expresado el 94,6% de las encuestadas.
Además, 8 de cada 10 aseguran que la población ve a la enfermera como el profesional referente en todo lo que respecta a la vacunación.
Formación
Además, según esta encuesta, el compromiso de las enfermeras con la vacunación del adulto pasa también por su formación continua en este campo. Más del 90% de las encuestadas reconocen que necesitan acceder a una formación actualizada y sólo la mitad cree que las herramientas de que disponen para ello son adecuadas. Si nos detenemos en los ámbitos de trabajo, son las que trabajan en la sanidad privada, en hospitales y en residencias las que echan en falta disponer de más medios de formación. Precisamente, como explica el presidente del Consejo, Florentino Pérez Raya, “este es uno de los motivos de la puesta en marcha de este trabajo, el de detectar en qué ámbitos podemos desarrollar e implementar herramientas que contribuyan a la formación y actualización de nuestros profesionales y esto revierta en una mejora de las coberturas vacunales del adulto. Por ello, desde aquí quiero dar las gracias a todas las enfermeras que de manera desinteresada han colaborado en esta encuesta. Ahora nos toca a nosotros analizar la información y proporcionarles las herramientas que nos están pidiendo. También quiero agradecer a GSK su colaboración para sacar adelante este proyecto”.
Desde ANENVAC, subraya José Antonio Forcada, presidente, “hace ya tiempo que tenemos identificada la vacunación del adulto como una de las carencias de nuestros programas vacunales. La cultura vacunal que impregna a las enfermeras de pediatría debe crecer y trasladarse también a las enfermeras que trabajan con adultos y en todos los campos de actuación enfermera. La prevención y las vacunaciones son parte fundamental de los cuidados que prestamos las enfermeras”.