María del Mar Pastor Bravo. Enfermera, profesora contratada en la Escuela Universitaria de Enfermería de Cartagena y presidenta del Grupo de Jóvenes Epidemiólogos (EJE).
“La mutilación genital femenina es una práctica global que tenemos también en nuestra sociedad”
En esta edición de Somos Enfermeras, programa patrocinado por el Colegio Oficial de Enfermería de la Región de Murcia, la protagonista fue María del Mar Pastor Bravo, enfermera, profesora contratada en la Escuela Universitaria de Enfermería de Cartagena, presidenta del Grupo de Jóvenes Epidemiólogos (EJE) y experta en mutilación genital femenina.
Autora de la tesis “La voz de las mujeres sometidas a la mutilación genital femenina; saberes para la disciplina enfermera”, María del Mar obtuvo en 2014 una beca con la Fundación Mutua Madrileña en colaboración con World Vision, para sensibilizar y formar a líderes comunitarios, mujeres y niñas de la región keniata de Marigat en la prevención de la mutilación genital femenina.
La mutilación genital femenina es un procedimiento que se realiza a niñas o adolescentes con el objetivo de alterar o lesionar sus órganos genitales sin que existan razones médicas o religiosas. Implica la extirpación total o parcial de los órganos genitales externos y se practica todavía hoy en más de treinta países de África, Oriente Medio y Asia meridional. También en países latinoamericanos e incluso en Europa.
Pastor Bravo aseguró que la mutilación genital femenina conlleva muchísimos riesgos y complicaciones para la salud de esas niñas y futuras mujeres. En el momento de la mutilación provoca “dolor intenso, hemorragias, infecciones, lesiones en tejidos periféricos, dificultades para orinar y puede provocar hasta la muerte”, resaltó la doctora en enfermería. A largo plazo la mujer mutilada puede sufrir anemias severas, infecciones recurrentes del tracto urinario, más dolor durante la menstruación, más vulnerabilidad para contraer enfermedades de transmisión sexual. No afecta solo a la salud física, muchas de ellas tienen disminución del placer sexual e incluso dolor en cada relación. En el parto también trae complicaciones para las mujeres y para los recién nacidos. “A nivel psicológico esto afecta mucho a las mujeres, hay mucha prevalencia de trastornos de estrés postraumático en estas mujeres”, destacó la experta en mutilación genital femenina.
Según UNICEF hay doscientos millones de mujeres y niñas que han sido sometidas a mutilación genital femenina y tres millones de niñas que están en riesgo cada año. Se daba a nivel local en treinta países africanos entre muchos otros, “pero actualmente es una práctica global y que tenemos también en nuestra sociedad, concretamente en España hay cerca de setenta mil mujeres procedentes de estos países y dieciocho mil de ellas son niñas menores de catorce años”, subrayó Pastor, quien confirmó que estamos sin duda ante “un nuevo reto para los profesionales de la salud de todas las comunidades autónomas”.
La enfermera afirmó que en nuestra comunidad autónoma “hay mil seiscientas mujeres procedentes de estos países y quinientas niñas, lo que no significa que todas las mujeres de estos países (que suelen ser Senegal, Nigeria, Gambia y Gana) vayan a estar mutiladas, pero sí que los profesionales tenemos que explorar esto y evitar estas mutilaciones”.
Entre los motivos que argumentan para realizar esta práctica se encuentran: continuar con una antigua tradición que ha pasado a considerarse práctica cultural; la creencia de que va a ser beneficiosa para las mujeres o los recién nacidos; la idea de que se equipara a la circuncisión masculina; pensar que es una obligación del islam (asociación errónea); por supuestos motivos de belleza o estéticos y en gran medida por presión social, una mujer no mutilada está expuesta a insultos, a que la excluyan, la consideren sucia, tanto de parte de las mujeres como de los hombres, incluso que rechazan casarse con ellas.
“Es importante que comprendamos estos motivos y que tengamos en cuenta que cuando las familias realizan estas mutilaciones lo hacen pensando que es lo mejor para sus hijas, para que no queden excluidas, por eso la importancia de acompañarlos en la desmitificación, que empiezan a hacerla incluso las propias mujeres que están en nuestro país y ven que no es una práctica universal, es muy importante nuestro acompañamiento” puntualizó María del Mar Pastor.
Se ha marcado el 2030 para conseguir la erradicación de la mutilación genital femenina. “Se necesita que en todos los países se implementen políticas, leyes que protejan los derechos de las niñas y de las mujeres a vivir sin violencia, y por supuesto la formación y la sensibilización. Incluir la mutilación genital femenina en currículums académicos, formar a los profesionales y romper el tabú que envuelve la práctica para que las mujeres supervivientes puedan compartir la experiencia, para que puedan cuestionarla y romper con esta tradición ya para siempre” concluyó Pastor.
El 6 de febrero se celebra el Día Internacional Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina.